02 abril, 2007

Vacuna VPH una nueva herramienta para el Ca Cu.

Los programas de prevención secundaria del cáncer cervicouterino en América
Latina y el Caribe no han dado lugar a las importantes reducciones de la
morbilidad y la mortalidad que se han observado en los países industrializados
de Europa y América del Norte. Las razones de esta falta de repercusión
significativa son multifacéticas y relacionan en parte con: (a) el escaso
reconocimiento del cáncer cervicouterino como un problema de salud pública
prevenible; (b) la coordinación y gestión subóptima de los programas de
prevención y control; (c) los recursos de infraestructura inadecuadamente
mantenidos para garantizar la calidad del servicio; y (d) retos socioculturales
especiales de la mujer.
Los programas tradicionales de prevención y control del cáncer cervicouterino
basados en el tamizaje, diagnóstico y tratamiento han sido además muy
costosos. En 2001, Costa Rica notificó que las inversiones en programas contra
el cáncer cervicouterino superaron los 86 millones de dólares, mientras que se
calcula que en los Estados Unidos el gasto es de 2.000 millones de dólares
anuales. Además de los costos del tratamiento del cáncer cervicouterino,
Estados Unidos gasta cada año más de 6.000 millones de dólares en la
evaluación y tratamiento de lesiones de bajo grado, la mayoría de las cuales se
curan sin necesidad de intervención.
Frente a estos antecedentes de elevados costos programáticos y a cuestiones
de calidad de los programas, una vacuna contra el VPH sería una gran
herramienta para prevención primaria, que mejoraría significativamente las
perspectivas para el control integral del cáncer cervicouterino. No obstante, es
preciso recalcar que incluso aunque las vacunas contra el VPH potencialmente
reducirían la carga de cáncer cervicouterino en cerca de 70%, la vacunación no
reemplazará el tamizaje del cáncer cervicouterino.

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